Procrastinar consiste en postergar o posponer actividades, tareas o situaciones. Todos aplazamos obligaciones o responsabilidades pero no todos somos procrastinadores. Es necesario diferenciar entre la procrastinación habitual sin consecuencias graves y la que se convierte en un estilo de vida. La procrastinación como problemática siempre lleva consigo un componente de ansiedad y preocupación ante la tarea y el hecho en sí de retrasarla.
A veces procrastinamos por evitación, es decir, no comenzamos una actividad o la continuamos por miedo a no hacerla bien. Nos preocupa no cumplir nuestras propias expectativas o las de los demás. Además, puede aparecer la indecisión al comenzar una tarea al no saber cómo hacerlo, esto hará que la pospongamos para otra ocasión.
Una forma muy común de procrastinación se relaciona con la búsqueda de comportamientos o tareas más agradables, buscamos la recompensa inmediata. En este caso se deja para otro momento las tareas que nos resultan menos agradables, no tenemos una consecuencia negativa inmediata (sí la tendremos más tarde).
Para algunas personas postergar se convierte en un aliciente, realizar las tareas o actividades cuando cuentan con poco tiempo para hacerlo, les motiva. Consideran que tendrán un mayor rendimiento trabajando a contra reloj, sin embargo, esto no es así.
A continuación encontrarás una serie de técnicas que te ayudarán a dejar de procrastinar:
Técnicas de gestión del tiempo
- Establece un horario y unos objetivos
- Prioriza las actividades urgentes, importantes y no importantes
- No olvides tener en cuenta tiempos de descanso
- Anticipa tiempo para los imprevistos
- Evita las distracciones como el móvil, la tv, las redes sociales…
- Revisa tus objetivos
Técnicas de autocontrol y regulación emocional
Reflexionar sobre cómo se están desarrollando nuestras emociones y cómo éstas afectan en la realización de las tareas que nos hemos propuesto nos ayudará a la consecución de nuestros objetivos.
Mindfulness
Con la práctica de mindfulness se trabaja la atención y consciencia plena del momento presente. De esta forma, nos ayudará a mejorar la atención, la concentración y la motivación a la vez que disfrutamos y nos hacemos conscientes de las actividades que estamos llevando a cabo.
Las conductas repetidas de procrastinación pueden estar relacionadas con dificultades psicológicas como la ansiedad o la depresión. Si consideras que estos comportamientos te están limitando a nivel personal o profesional, has intentado evitarlo, pero sufres las consecuencias de ello, es recomendable que consultes con un profesional.