Para esta nueva entrada del blog Sara Carmet Psicología cuenta con la colaboración de una chica que consigue plasmar sus emociones en las líneas que escribe y a la que aprecio muchísimo.
Gracias Rocío S. por tus palabras.
¿Cuántas veces has querido escapar de tu propia vida? ¿O cuántas otras te habrías
cambiado por otra persona? Si es tu caso, sigue leyendo.
Todos, en algún momento de nuestras vidas, hemos deseado vivir en otra piel, ya
sea por envidiar la suerte o los bienes materiales de otros o, simplemente, porque en ese
instante nuestra vida se nos antojaba demasiado pesada e, ilusamente, hemos creído que tal
o cual persona tenía la vida perfecta, esa que querríamos o, según nuestro criterio,
mereceríamos vivir. Pero, nada más lejos de la realidad, si entendemos por perfección la
felicidad absoluta o la ausencia de dolor y sufrimiento. No hay nadie que lo tenga todo y
otros que no tengan nada, ni quienes estén colmados de dicha, ni aquellos que sean
extremadamente desgraciados, para nada, todos, en mayor o menor medida, tenemos en
nuestro camino muchas piedras que sortear, te lo aseguro.
De hecho, podríamos decir, que la vida es comparable a un cóctel que estamos
obligados a beber sorbo a sorbo, a veces su sabor es dulce y otras demasiado amargo, pero
irremediablemente, está compuesto de alegrías, tristezas, risas, llanto, esperanza,
desilusión… Lamentablemente, ninguna persona se libra de beberlo, no obstante, hay que
saber afrontar cada trago de ese cóctel con la mejor actitud y sí, no seamos hipócritas, si
alguna de las personas que están leyendo esto está pasando por uno de sus peores
momentos, es cierto, hablar de actitud no es ningún consuelo, pero nadie tiene la fórmula
mágica para dejar de sufrir, se cotizaría al alza desde luego, así que, si te tocó el sorbo
amargo, no desesperes, vendrá el dulce y lo saborearás con mayor fuerza.
Ten paciencia, pero, sobre todo, cree en ti, pues en la carrera de tu vida, unas
veces llegarás a la meta, y otras, en cambio, te quedarás a medio camino, aún así, eres
único, valórate siempre y aunque, en muchas ocasiones, no encuentres el lado positivo de
las cosas (te entiendo, a veces sabe esconderse demasiado bien), no desees ser nunca
alguien que no eres, pues si indagas detenidamente en esa vida que desearías tener,
acabarás encontrando, como en una prenda de saldo, la tara que hará que te plantees si de
verdad la comprarías.