¿Quién no ha tenido algún pensamiento del tipo “no voy a ser capaz”, “no sirvo para esto”, “algo horrible puede ocurrir”… No debemos considerar estos pensamientos como un problema si aparecen de forma aislada y en determinadas ocasiones. Sin embargo, para muchas personas estos pensamientos aparecen de forma constante, generando malestar y limitando diferentes facetas de su vida como la laboral o la personal.
Desde pequeños, a través de la educación y las relaciones que experimentamos vamos desarrollando nuestros esquemas cognitivos. A partir de estos esquemas vamos a interpretar la información que recibimos en las diferentes situaciones que vivamos. Estas interpretaciones van a ser objetivas y realistas para nosotros, sin embargo, en muchas ocasiones son malinterpretaciones basadas en esquemas disfuncionales propios que hayamos adquirido. Así aparecen los pensamientos negativos y automáticos que nos generan malestar, ya que para nosotros forman parte de la realidad.
¿Cómo podemos gestionar estos pensamientos?
Es fundamental aprender a identificar nuestras propias distorsiones cognitivas y las emociones que se desencadenan junto a estos pensamientos. Si somos capaces de detectar los pensamientos que nos limitan nos resultará más fácil controlarlos y no permitir que nos dominen. Para ello, debemos realizar un auto-registro de los pensamientos, las emociones y las conductas propias. Se trata de una tarea constante y que requiere una gran concentración, pero de esta forma lo que es automático deja de serlo.
Una vez tengamos identificado el pensamiento, nos resultará de utilidad observar su grado realidad para darnos cuenta de la distorsión que se ha producido y la sobrevaloración que le hemos dado al ligar el pensamiento y la emoción.
Cuando nos hayamos familiarizado con la identificación de nuestros pensamientos, debemos buscar alternativas racionales para los mismos, así estaremos reduciendo las emociones negativas. A estas alternativas le sumaremos afirmaciones positivas que puedan contrarrestar las negativas. Esto debemos hacerlo de forma consciente ya que en la mayoría de las ocasiones estas afirmaciones positivas no se encuentran almacenadas en nuestra memoria y nos resultará más difícil recordarlas y repetirlas.
Para llevar a cabo todas estas herramientas puede ser de gran ayuda contar un profesional de la psicología. El pensamiento es muy poderoso, no olvides que aunque estemos reaccionando a los acontecimientos externos, gran parte de estas reacciones nacen del interior y son creadas por nosotr@s mism@s.