Muchas personas se ven envueltas en relaciones sentimentales inadecuadas e insatisfechas. El miedo a la pérdida, al abandono, la inseguridad o la dependencia son factores realmente influyentes en el desarrollo de este tipo de relaciones.
Desde este nuevo post se pretende promover la independencia afectiva, es decir, fomentar la independencia psicológica sin dejar de amar. Para ello, hablaremos de una serie de principios sobre los que construir la base de un estilo afectivo adecuado.
Debemos conocer todas nuestras posibilidades en otras áreas diferentes a la pareja, mirarnos a nosotros mismos y ver qué nos ofrece el mundo. De esta forma, estaríamos poniendo en práctica el primero de los principios para una relación saludable: la exploración. Los humanos tenemos la capacidad innata para indagar y explorar el medio, es así como descubrimos que lo gratificante no se encuentra en un solo aspecto de la vida.
La persona que amamos es una parte importante de nuestra vida, pero no es la única. Podemos estar muy enamorados y a la vez disfrutar en solitario de la música, el cine, un helado, la playa, los amigos, la siesta… La actitud de exploración disminuye la resistencia al cambio, transforma el miedo en novedad y sorpresa.
El segundo de los principios a perseguir en busca de una relación sana es el de la autonomía, como forma de adquirir confianza en un@ mism@ y perder el miedo a la soledad.
“PUEDO ESTAR SOLO, PERO QUIERO ESTAR CONTIGO”
El equilibrio se encuentra cuando las demandas de la pareja y las necesidades propias se complementan. Las personas más autónomas ganan confianza en sí mismas y pierden el miedo a no ser capaz, adquieren un mejor manejo de la soledad. Hacerse cargo de uno mism@ nos aporta una gran sensación.
El último y más subjetivo de los principios que nos acerca a la afectividad saludable es la autorrealización. Nos estamos refiriendo a la capacidad de reconocer nuestros talentos, lo que realmente nos atrae. Las personas autorrealizadas son más independientes, se abren a muchas experiencias sin desatender el vínculo afectivo con la pareja. desde aquí te propongo que trates de averiguar qué es lo que realmente te gusta, qué nuevas actividades pueden hacerte disfrutar y que dediques tiempo a ello, dediques tiempo a ti mism@.
Si consideras que tienes dificultad para poner en práctica estos principios o estás inmers@ en una relación afectiva con la que no te sientes bien, no dudes en contactar con un especialista. Te ayudará a reconducir tu estilo afectivo.