Las dificultades para dormir tienen una gran repercusión en nuestro día a día y por tanto, en la calidad de vida. Por ello, os propongo una serie de herramientas y factores a tener en cuenta para mejorar esta parte tan importante de nuestra rutina.
Para dormir necesitamos relajar nuestro cuerpo y nuestra mente. En más de una ocasión nos han dicho “relájate” o “no te preocupes”, pero nadie te ha comentado cómo hacerlo. Para relajar nuestro cuerpo podemos llevar a la práctica algunas de las técnicas de relajación que existen. A la hora de dormir podemos utilizar una técnica basada en la tensión y relajación muscular.
A continuación se exponen algunos pasos que puedes llevar a cabo para intentarlo:
- Con los brazos a los lados del cuerpo, con las piernas estiradas y boca arriba, intenta tensar las piernas, sin levantarlas. Puedes apretarlas contra el colchón durante unos segundos. Seguidamente, relájalas durante 10 segundos dejando que esa sensación te inunde.
- Repite el procedimiento 2 veces más.
- Ahora, aprieta los puños y los brazos contra el colchón. Seguidamente, relájalos durante 10 segundos, concéntrate en esa sensación.
- Repite el procedimiento 2 veces más.
- Tensa y relaja otras partes del cuerpo como la espalda, el cuello, los ojos, la frente, las mejillas…
Cuando comiences a ejercitarte en este método notarás sus beneficios. Aún así, a veces estamos inmersos en alguna preocupación y no conseguimos relajar nuestra mente. Para ello, debemos identificar qué nos preocupa y por qué. Puedes consultar los pasos para saber cómo hacerlo en el post anterior, ¿Cómo podemos dejar de preocuparnos?
Favoreceremos el sueño si nos acostamos con la idea de que vamos a intentar descansar. No debemos obligarnos a “tener que dormir”, preocuparse por no conciliar el sueño es suficiente para no conseguirlo. Si te despiertas a media noche intenta convencerte de que al menos estás descansando y no pensar “tengo que dormirme de nuevo”.
Si no se consigue conciliar el sueño en unos 15 minutos salir de la cama y relajarse en otro lugar para volver a la cama cuando aparezca el sueño. Además, es recomendable no tomar sustancias excitantes como café, té, alcohol, tabaco, etc., especialmente durante la tarde o al final del día. Debemos tomar una cena ligera y esperar una o dos horas para acostarse y no irnos a la cama con sensación de hambre. Por último, no olvidemos la importancia de mantener una rutina y horarios regulares.