Un gran número de personas sufren actualmente un gran malestar debido a que se encuentran inmersas en relaciones personales disruptivas o porque tras diferentes fracasos han renunciado a la posibilidad de tener una pareja. Es en el contexto de la pareja donde más se expresa la dependencia y los problemas relacionados con ella. Sin embargo, una persona que se vincula con dificultad lo hace así en diferentes ámbitos como amistades, familia u otras relaciones sociales.
La dependencia emocional no es en sí misma patológica ya que nuestra especie es una especie social. De hecho, si encontrásemos una persona absolutamente independiente, que no necesitase tener vínculos con nadie, consideraríamos a esa persona como una persona enferma emocional y socialmente.
Desde la terapia psicológica nuestro objetivo es hacer que la persona sea capaz de tener relaciones sanas y equilibradas, sin caer en un estado excesivamente dependiente o en un estado excesivamente evitativo.
Las relaciones pueden ser horizontales (se dan de igual a igual) o verticales (se dan cuando la relación es de arriba-abajo –como puede ser el caso de los padres hacia los hijos-, o de abajo-arriba). Las personas con dificultades de dependencia no toleran las relaciones horizontales en las que la condicionalidad se produce en distinta medida y existe un grado de incertidumbre. Estas personas necesitan relaciones verticales basadas en la incondicionalidad, la dependencia y el control.
¿Cuándo la dependencia se convierte en un problema?
- Si estamos llevando a cabo patrones de relación persistente basados en el conflicto, la sumisión o la dominancia.
- Si percibimos que nuestras necesidades no están siendo satisfechas en nuestras relaciones, es decir, si sentimos frustración, decepción y falta de gratificación que las relaciones significativas.
- Si renunciamos a tener relaciones significativas a través del aislamiento ya sea real o emocional.
¿Qué tipos de dependencia emocional patológica conocemos?
- Tipo sumiso: persona que ante el temor de ser abandonada o rechazada adopta un rol sumiso en las relaciones interpersonales con el fin de evitar el rechazo y/o abandono.
- Tipo dominante: persona que se muestra dominante en sus formas y comportamiento externo a través del control y la ira.
- Tipo evitativo: persona que presenta un alejamiento emocional de los demás.
- Tipo codependiente: persona que para sentirse segura en una relación tiene que sentir que la otra persona es muy dependiente de ella.
Desde la intervención se establecerá una relación terapéutica segura desde donde aprender nuevas formas de vinculación sana, abordando los problemas actuales, dotando de recursos y trabajando la solución de problemas individuales.